Desde
2010
La barba canó con sacrificio, adquiriendo la madurez y la sabiduría que la tierra y la vid te exige, con la espalda sujeta a los suyos, con el temple noble del alma cantora y risueña y con el aire puro de los valles donde reposa el sueño en sus plantaciones y la bodega.
Cada vino y singani contiene esas notas de esfuerzo y cariño; dedicación, tecnología y detalle en cada momento del proceso: desde la plantación a la cosecha, la producción con los mejores estándares de calidad para ofrecer productos que tienen un gusto distinto en el paladar y el corazón.